Los molinos de viento

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«… ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta, o pocos más, desaforados gigantes…»
«…lo que en ellos parecen brazos son las aspas que, volteadas por el viento, hacen andar la piedra del molino»
(Capítulo 8, 1ª parte).

La aventura de los molinos de viento se ha convertido en una de las más famosas de todas cuantas corrió don Quijote. La causa es, probablemente, la fascinación que producen en la imaginación de cualquier viajero esos gigantes alzándose, a lo lejos, contra el terso cielo manchego. Y es que en regiones como La Mancha la escasez de agua impedía utilizar la fuerza de los ríos para mover el mecanismo de los molinos. En cambio, se aprovechaba la fuerza del viento, colocándolos en la alturas de los cerros y en terreno abierto. Por ello los molinos de viento se divisan siempre en la distancia, imponentes, y parece que sus aspas hacen aspavientos al viajero o al caballero.

Molinos de viento en La Mancha

«Van desde esta Villa à moler al Río Guadiana, á dos , á tres y a nuebe leguas algunas veces, y al río de Jiguela, que es un río que corre en Invierno á tres, y á quatro leguas esta Villa, y algunas veces van á moler al Río de Tajo y de Júcar á catorce leguas esta Villa, hay en esta sierra de Criptana junto a la Villa muchos molinos de viento donde también muelen los vecinos esta Villa.»

mapa molinos mota del cuervo

Interior de un molino

Unknown-10Para que las aspas muevan la piedra es necesario que la rotación horizontal del eje que sostiene las aspas, llamado árbol, se convierta en rotación horizontal. Para ello la rueda catalina, movida por el árbol, se engrana por medio de sus dientes en la linterna. Esta rotación se transmite a través de varias piezas a una piedra, la piedra volandera, que rota sobre la piedra solera triturando el grado entre las dos.