Gómez Manrique (1412-1491)

Gómez Manrique nació en Amusco (Palencia) hacia 1412, en el seno de una ilustre familia de poetas y soldados. Era sobrino del marqués de Santillana y tío de Jorge Manrique. Fue político de relieve y enemigo acérrimo de Álvaro de Luna. En tiempos de Enrique IV apoyó al infante don Alfonso y, muerto este, a su hermana Isabel. Sirvió siempre con fidelidad a los Reyes Católicos, en cuyo nombre desafió a Alfonso V de Portugal que apoyaba la causa de la Beltraneja. Fue corregidor de Toledo, donde murió en 1491.

Aunque no se consideraba intelectual, sino fundamentalmente político y soldado, y miraba con mucha modestia su obra literaria, fue un apreciado poeta, terreno en el que muestra más valía que como dramaturgo.

La obra poética de Gómez Manrique

Hasta 1885 no se conoció bien su obra poética. Entonces se descubrieron dos ejemplares de su Cancionero, uno en la Biblioteca Nacional de Madrid y otro en la de Palacio.

Tiene un total de 108 composiciones que desarrollan los temas propios de la época. Se distinguen dos direcciones fundamentales: poesía cortesana, amorosa y burlesca, por un lado, y didáctica, moralizante y religiosa, por otro.

En la línea cortesana cultivó con habilidad las preguntas y dezires. Entre los poemas amorosos destaca la Carta de amores  («A ti, señora, de quien…») y «Vuestros ojos me prendieron…»

Entre las sátiras, destacan por su dureza las que dirigió a Juan Poeta. Su vena humorística, influida por Montoro, se refleja en Razonamiento  de un rocín a un paje y En nombre de una mula que recogen las reivindicaciones de estos animales.

Su poesía didáctica, moral y religiosa tiene una valía muy superior a la de sus versos intrascendentes. Su obra más lograda son las Coplas para el señor Diego Arias de Ávila en las que se inspiró Jorge Manrique. En el prólogo se advierte el estoicismo del poeta, «libre de esperanza y de miedo». Se tocan temas políticos, pero prevalecen las reflexiones sobre la brevedad de la vida y lo pasajero de las glorias mundanas. El estilo es sobrio y sencillo. Son 47 coplas de pie quebrado formadas por una quintilla y una redondilla.

El Regimiento de príncipes, dirigido a los Reyes Católicos, es un tratado doctrinal lleno de saludables consejos para que gobiernen con provecho y cobren fama imperecedera. Una primera parte se dirige al rey y otra, más breve, a la reina.

La exclamación  y querella de la gobernación llamada también Coplas del mal gobierno de Toledo recoge el descontento del poeta en una serie de observaciones que recuerdan el tono de los refranes.

A la muerte de Santillana, por quien siempre manifestó gran entusiasmo, compuso el Planto de las virtudes e poesía por el magnífico señor don Íñigo López de Mendoza. Es un extenso poema alegórico que tiene como modelo literario al propio homenajeado.

Entre las elegías se cuentan también la farragosa Defunción del noble caballero García Laso de la Vega, en coplas de arte mayor, y la Consolatoria a su mujer doña Juana de Mendoza, una de sus últimas composiciones escrita a raíz de la muerte de uno de sus hijos.

Su fervor religioso, presente en el teatro, se vierte también en sus poemas como Loores e suplicaciones a Nuestra Señora.

El teatro de Gómez Manrique

La Representación del nacimiento de Nuestro Señor, escrita en 1467 y 1481, a instancias  de doña María, vicaria del convento de clarisas de Calabazanos. Parte de los evangelios, pero los adorna con detalles personales. Comienza, de forma harto desenfadada, con las quejas de José, escamado por la preñez de María. La Virgen pide al Altísimo que ilumine la mente ofuscada de su marido y un ángel viene a tranquilizarle. Siguen después las escenas del nacimiento y la adoración de los pastores. Los arcángeles San Gabriel, San Miguel y San Rafael cantan alabanzas al Niño y le hacen un fatídico anuncio de los instrumentos con que será atormentado y crucificado. Termina con un lindo villancico.

Esta sencilla obra es más un poema lírico que un texto teatral. Su estructura en escenas, sincopada, presentada a través de cuadros sueltos, se acerca a las técnicas escénicas modernas.

Menos interés y teatralidad tienen las Lamentaciones fechas para semana santa. Es una obra inserta en la tradición del Planctus Mariae. Se abre con un planto de la Virgen al que sigue un parlamento de San Juan, que se dirige a ella y a María Magdalena. Responde María y la obra se cierra con las palabras del apóstol. Solo tiene, pues, cuatro réplicas. Las dos primera y más extensas están escritas en redondillas; tras cada grupo de dos se repite el estribillo «¡Ay dolor!». Las dos últimas, mucho más breves, las forman dos parejas de redondillas sin estribillo.

Gómez Manrique, poeta lírico, escribe un tipo de obra dramática exenta de los condicionantes  habituales en el teatro. Las piezas son muy breves y no tienen pretensiones.

Compuso también un Breve tratado a mandado de la señora infante doña Isabel para unos momos que se representó cuando el príncipe Alfonso cumplió 14 años. No es un texto dramático, sino unos versos escritos para una fiesta social. Actuaban las damas de la corte, incluida la propia infanta.

En nombre de las virtudes que iban momos, al nascimiento de un sobrino suyo es un texto paradramático similar al anterior.