Preparar la voz

LA VOZ

La voz permite conexión, implicación, curiosidad, comprensión, empatía, entusiasmo, convicción y acción. Todo esto sumado a la inspiración. Aquí podéis ver una Charla Ted de Julian Treasure, titulada «Cómo hablar de forma que la gente te quiera oír»

CALENTAR LA VOZ

Es importante «calentar» la voz antes de comenzar la charla. Lo primero que hay que hacer es calentar toda la musculatura que influye directa o indirectamente en la voz. Nacho Téllez, en su blog, nos recomienda estos ejercicios:

EJERCICIO 1

Poned cara de sorpresa exagerada, abriendo mucho la boca y los ojos y subiendo las cejas. A continuación, entrecerrad los ojos, mantened las cejas bajas y sonreíd con los labios apretados. Repetidlo cinco veces.
EJERCICIO 2

Inflad el carrillo derecho con aire, luego el izquierdo. Después inflad y desinflad rápidamente el carrillo derecho y el izquierdo alternativamente.
EJERCICIO 3

Agarraos la barbilla y, con la boca abierta, movedla arriba y abajo. Con cuidado, no hace falta desencajarse la mandíbula.
EJERCICIO 4

Doblad la lengua y mordéosla ligeramente (sin haceros daños). Soltadla y volvedla a morder. Repetid el gesto 20 veces.
EJERCICIO 5

Girad la lengua para un lado y para otro. Si sois capaces de doblar la lengua en forma de U (ya sabéis que no todo el mundo puede, de hecho es un rasgo genético), también sirve. Hacedlo cinco veces.
EJERCICIO 6

Decid «Huh» sacando el aire de los pulmones. Deberíais notar una contracción abdominal. De hecho, es esa contracción la que saca el aire. Repetidlo 10 veces.
EJERCICIO 7

Juntad los labios y pronunciad «hmmmm» mientras soltáis aire. Notad cómo se produce vibración en la garganta. Repetidlo tres veces.
EJERCICIO 8

Juntad los labios suavemente y espirad con fuerza. Dejad que el aire salga entre los labios mientras estos vibran produciendo un efecto «pedorreta». Repetidlo cinco veces hasta quedaros sin aire.
EJERCICIO 9

Repetid la serie:
mamamamamamamamama
wawawawawawawawawawa
yayayayayayayayayayayaya
lalalalalalalalalalalalalalalala
rarararrarararararararararara
EJERCICIO 10

Pronunciad combinaciones de dos vocales hasta nombrarlas todas:
AE-AI-AO-AU-EA-EI-EO-EU-IA-IE-IO-IU-OA-OE-OI-OU-UA-UE-UI-UO.
Abrid bien la boca mientras lo hacéis.
EJERCICIO 12

Poned a prueba vuestro calentamiento con estos trabalenguas:
El astro que castró a Castro tomaba estrógenos.
Afronta fríamente que los africanos afros nunca defraudan con sus disfraces.
Según la Biblia, el afable Blas nunca le birló la blanca blusa a la bella Blanca.

Para mejorar la dicción, podéis realizar el ejercicio anterior mientras mordéis un bolígrafo.

Podéis ver a Nacho Téllez haciendo todos los ejercicios en 3 minutos:

HABLAR CON SENTIDO

Los «coaches» de la voz hablan de un mínimo de seis herramientas que pueden usarse : volumen, tono, timbre, entonación y prosodia (entonación ascendente y descendente que distingue una afirmación de una pregunta).

La idea clave es incorporar variedad a vuestra manera de hablar. Chris Anderson nos propone una técnica que os puede resultar útil. Tenéis que coger el texto de vuestra exposición:

Buscad dos o tres palabras en cada frase que contengan más significado, que sean las más importantes que el resto y subrayadlas.
A continuación, buscad la palabra de cada párrafo que sea realmente importante y subrayadla dos veces.
Buscad la frase que tenga el tono más ligero de toda la charla y dibujadle una línea ondulada debajo con lápiz.
Buscad todas las preguntas y destacadlas con un marcador amarillo.
Localizad el mayor momento «¡ajá!» (un momento cumbre de vuestra charla) y colocad un punto negro antes.
Si habéis incluido una anécdota divertida en alguna parte, decoradla con puntos de color rosa por encima.

Una vez hecho todo esto, podéis probar a leer el texto aplicando un cambio de entonación para cada marca. Por ejemplo, sonreíd cuando veas los puntos rosas, haced una pausa antes del gran punto negro, acelerad un poco cuando lleguéis a la línea ondulada dibujada a lápiz, al tiempo que habláis en voz algo más baja. Si veis que está quedando demasiado artificial, intentadlo con más matices.

En todo caso, recordad que en vuestra charla debéis mostrar entusiasmo. Recordad las emociones asociadas a cada parte de vuestra charla y dejad que esas emociones (pasión, indignación, risa, desconcierto…) afloren un poco mientras habláis.

Es muy útil que os grabéis mientras habláis y escuchéis después la grabación con los ojos cerrados para localizar las partes más emotivas e interesantes de vuestra charla y reforzarlas con vuestra voz.

ATENCIÓN A LA VELOCIDAD

Los nervios o la inseguridad al pronunciar vuestra charla os puede hacer que habléis muy deprisa, haciendo que, en ocasiones, no se entienda bien lo que decís. Al comenzar es muy importante hablar muy despacio: de hecho, cuanto más nerviosos/as estéis, más despacio hay que hablar. Poco a poco os iréis tranquilizando y podéis ir haciendo modulaciones de velocidad.

Cuando introduzcáis en una idea clave o expliquéis un concepto complejo hay que ir más despacio y no hay que tener miedo a intercalar pausas. Durante las anécdotas y en los momentos más ligeros, podéis acelerar un poco. En todo caso, intentad hablar al ritmo natural con el que estéis cómodos/as.

Podéis ver una charla de Rory Sutherland en la que habla a un ritmo de 180 palabras por minuto (la velocidad normal es entre 130 y 170):

LA DICCIÓN

Es importante que cuidéis vuestra dicción, es decir, que articuléis correctamente las palabras para ser bien comprendidos y comprendidas. Hablar en público exige la correcta pronunciación de los sonidos de vuestra lengua.

Revisa las palabras difíciles (por longitud, letras en posición implosiva o trabada…) para que suenen con corrección y naturalidad. Por ejemplo: solidaridad, excepto, aptitud…

Comunicad siempre lo mejor que podáis, haciendo el esfuerzo necesario para ser lo mejor comprendidos posible. No os sintáis avergonzados o avergonzadas si tenéis alguna pequeña dificultad expresiva, mirad este vídeo de Constanza Obaiz, todo un ejemplo de superación:

LOS MICRÓFONOS

Normalmente, en las exposiciones en el aula no es necesario el uso de micrófonos, pero en la exposición que realizaréis en el Salón de Actos puede que necesitéis utilizarlos. Hay tres tipos de micrófonos y todos tienen sus ventajas y sus inconvenientes:

Micrófono unido a un atril.

Tiene la ventaja de que te deja las manos libres, pero te obliga a colocarte detrás de un atril para la exposición, lo que resta naturalidad a la charla. Por otra parte, al estar fijo, hay que estar pendiente de hablar siempre al micrófono y no mover la cabeza mientras se habla para que no se produzcan extrañas subidas y bajadas de volumen.

Micrófono inalámbrico manual

Permite el movimiento por el escenario, pero, a cambio, «sacrifica» la gestualidad de una de las manos. Además, hay que recordar llevarse el micrófono a los labios todo el rato y mantenerlo a la misma distancia para evitar las distorsiones.

Micrófono inalámbrico de diadema

Es, sin duda, el más cómodo, ya que nos deja libres las manos y nos permite movernos por el escenario sin problemas. Además, como está sujeto a nuestra cabeza, no tenemos que preocuparnos por mantenerlo cerca de nuestra boca.

Si vais a usar micrófono inalámbrico de diadema evitad los pendientes o accesorios que puedan chocar con él. También la barba de dos días o la mascarilla puede originar sonidos de rozaduras.