La presentación

Según la intención del autor debía servir para enmarcar el problema que se debate (presentando una serie de ideas generales, formulando la tesis, enumerando los temas que se van a tratar o el orden en que se va a hacer), para captar la atención del destinatario (señalando la importancia o novedad del asunto, presentando hechos sorprendentes y curiosos, narrando un caso particular…) o para predisponerlo a favor de su tesis mediante distintos recursos retóricos.

La presentación tiene los siguientes objetivos:

a) Captar la atención del auditorio

Se necesita un inicio que atrape a la gente desde el primer momento: una afirmación sorprendente, una pregunta intrigante, un relato breve… Es preciso captar la atención de un público que, de lo contrario, va a distraerse, así que hay que plantear una frase de apertura que saque al público de su zona de confort y le anime a seguiros en vuestro discurso.

Cuando penséis en la estructura de vuestra charla tenéis que tener en cuenta la «guerra de los diez segundos«: cómo conseguir la atención plena de vuestro auditorio mientras establecéis el tema de la charla. Después viene la «guerra del minuto»: usar ese primer minuto para aseguraros de que el público se comprometa a seguiros.

Chris Anderson, director de TED Talk, nos propone varias maneras de captar la atención:

Ofrecer cierta dosis de drama

Se puede comenzar contando brevemente una historia dramática basada en una experiencia real que tenga que ver con el tema de vuestra charla. Cuidado, vuestra charla puede tener un duración de entre 5 a 7 minutos, si os decidís por este comienzo tiene que ser muy breve y, además, la historia tiene que tener sentido con el tema elegido.

Un ejemplo excelente de charla con una dosis de drama es la de la comediante árabe-estadounidense Maysoon Zayid donde nos explica sus aventuras como actriz, monologuista cómica, filántropa y defensora de las personas con discapacidad:

Despertar la curiosidad

Podéis utilizar técnicas parecidas a las utilizadas en los «elevator pitch»: una pregunta intrigante, una afirmación sorprendente, un dato inesperado…

En esta charla el neurocientífico Vilallanur Ramachandran nos habla de las neuronas espejo. Atent@s a cómo despierta la curiosidad del auditorio con una afirmación sorprendente:

Mostrar un objeto cautivador

En charlas más largas podéis mostrar un vídeo o una imagen sorprendente, siempre que el impacto surja de la revelación de algo inesperado a partir de esa imagen o acerca de ella. También se puede mostrar un objeto que, de una manera u otra, esté relacionado con el tema de vuestra charla y que resulte interesante como punto de partida.

b) Enmarcar el tema que se debate

Vuestra charla debe indicar hacia dónde vais y por qué. Toda charla necesita de una cartografía: debéis explicar el punto de partida, los aspectos que vais a tratar y qué pretendéis. Si quienes os escuchan no saben dónde están en la estructura de la charla, no tardarán en perderse.

c) Presentar la tesis

Es la idea que se pretende demostrar con argumentos. Puede aparecer al principio, en el medio o al final del texto; incluso puede no estar enunciada. de forma que tenga que ser el receptor quien la deduzca (tesis implícita).

En nuestra argumentación vamos a utilizar una estructura encuadrada: presentaremos la tesis al principio y al final del discurso: en la presentación y en la conclusión.

Es importante no confundir la tesis con el tema: el tema de un texto puede ser, por ejemplo, la contaminación medioambiental; la tesis, en cambio, será determinada opinión del autor o la autora sobre este tema; por ejemplo, la contaminación medioambiental solo puede combatirse con éxito si se cambia primero el modelo socioeconómico.

Lee el siguiente texto y piensa cuál es la tesis defendida por los autores:

TEXTO 1


Algunos autores han sugerido que los autrolopitecinos podrían haberse iniciado en el consumo de carne como carroñeros, apoderándose de lo que podían después de que los leones hubieran hecho su matanza. Los estudios sobre los grandes monos actuales ponen en duda esta teoría. Tanto los chimpancés como los gorilas desdeñan los cadáveres que puedan encontrarse abandonados; solo comen carne cuando son ellos mismos los que matan. No hay ningún motivo para creer que los homínidos, con sus sencillos instrumentos de piedra, fueran capaces de ahuyentar a un león lejos de su presa o de hacer abandonar a las hienas y a los buitres lo que los leones hubieran dejado. Comer carroña habría obligado a los austrolopitecinos a enfrentarse directamente con animales de gran tamaño a los que no querían vencer.
Los autrolopitecinos, por lo tanto, tenían que cazar para alimentarse en la sabana a la que se habían trasladado.                                                                      
                                              S.J. Washburn y Ruth Moore, Del mono al hombre.

¿Cuál es la tesis defendida por los autores? ¿En qué parte se enuncia? ¿Hay marcador argumentativo que permita reconocer el enunciado de esa tesis? Comprueba tu respuesta aquí.