La vida de Giraut de Bornelh, si hemos de creer la Vida y las razós que aparecen en varios manuscritos precediendo a su composiciones, no puede ser más pintoresca.
Giraut de Bornelh, maestro de trovadores
Nació en Essidolh (Excideuil, en el actual departamento de Dordogne) en una familia humilde. Tuvo tanta cultura e ingenio que fue llamado el Maestre dels trobadors (Maestro de los trovadores). Su anónimo biógrafo dice que «tot l’invern estava en escola et aprendia letras, e tota la estat anava per cortz e menava ab se dos cantadors que cantavon las soas chansons», es decir, ‘todo el invierno estaba en la escuela y aprendía letras y todo el verano andaba por las cortes y llevaba consigo a dos juglares que cantaban sus canciones’. La primera parte de esta frase es curiosa, pues si lo entendemos como pare más elementa, parece que el trovador se entregaba al estudio en una escuela durante los inviernos. El estudioso de la obra de Giraut, Kolsen, creyó que el verbo «aprendre» tiene aquí un valor paralelo al del francés «appredre», con lo que el biógrafo querría decir que Giraut de Bornelh, en la estación fría y recogida, se dedicaba a enseñar a trovar. De esta forma, se podría deducir que el apelativo de Maestro de Trovadores, además de su evidente sentido de «el mejor de los trovadores», también significaría «profesor de trovadores». Dada la calidad y la obsesión por la perfección en el estilo de Giraut, no sería raro que ejerciera como maestro de trovar o de retórica.
En estas estrofas de uno de sus poemas muestra su preocupación por la perfección formal de sus poemas y su sentido de lo que hoy llamarías «la propiedad intelectual»
Lo vers auxitz e mogutz como de bo trobador pois reverti en error lo chans can er'asaubutz, c'us s'en fazia clamaire dels dichs don altr'era laire, com fetz de la gralha.l paus.. Et eu que sai sui vengutz bos reis, per vostra valor e no-i mou a comtador, mais del vers, can er saubutz vas lo vostr'enter veiaire; car sai que-ns etz guitz e paire de pretz e tenetz las claus.
(Una vez el verso ha sido oído y divulgado como obra de buen trovador, a veces regresa errabundo cuando la melodía ha sido aprendida, porque alguien ha reclamado para sí las palabras que otro había robado, como hizo el grajo con el pavo real… Y yo, buen rey, que he venido aquí por lo mucho que valéis, no lo he hecho para defender una vez más mi verso cuando sea conocido según vuestra acertada opinión, pues sé que sois nuestra guía y nuestro padre y tenéis las llaves del mérito.)
El guante de Alamanda
Nunca se casó, y cuanto ganaba con su profesión de trovador, se lo entregada a sus padres y a la iglesia de su pueblo. Se enamoró de una dama gascona llamada Alamanda d’Estanc, la cual durante un tiempo aceptó gustosamente sus servicios y, ante su insistencia, accedió a entregarle un guante. Giraut había solicitado esta prenda durante mucho tiempo, pero, en un descuido el trovador perdió el guante de la dama, lo que motivó su enojo y que rompiera con él
Señores generosos… y un poco ladrones
Vivió un tiempo en la corte del rey de Castilla quien, encantado con sus composiciones, lo colmó de regalos, entre ellos un hermoso palafrén; pero al regresar a su tierra y encontrarse en la frontera de Castilla, Aragón y Navarra, el rey de este último reino hizo que asaltaran al trovador y que le robaran todos los regalos que le había hecho el rey castellano. No fue esta la única vez en que uno de los señores en cuyas cortes permanecía robaban a Giraut: el vizconde de Limoges, envidioso de su magnífica biblioteca, hizo que le robaran todos los libros que tenía en su casa.
Giraut de Bornelh en la Tercera Cruzada
Tomó parte en la tercera cruzada junto con Ricardo Corazón de León y con su señor, Adenar, vizconde de Limoges, pues hace referencia a ella en varios de sus poemas, así como a su estancia en Oriente. Estuvo presente en el cerco y al conquista de Acre, desde donde pasó a la corte del príncipe de Antioquía. Entristecido por la muerte de Ricardo de Inglaterra y por los engaños de Alamanda, Giraut decidió dejar de trovar, pero un señor gascón, Raimon Bernat de Rovinhan, le hizo recuperar la alegría y logró que volviera a dedicarse a la poesía.
La poesía de Giraut de Bornelh
Giraut era ya famoso en el tercer cuarto del siglo XII porque Peire d’Alvernha lo incluye en su galería satírica de trovadores y es muy posible que los inicios de su carrera sean muy próximos a los de su amigo Raimbaut d’Aurenga. Alcanzó un prestigio extraordinario y fue considerado el mejor de los trovadores. Conservamos sesenta y seis poemas, copiados en muchos cancioneros, a veces en un honorífico primer lugar.
Giraut de Bornelh, poesta casi exclusivamente amoroso, tiene una constante tendencia a la disertación moralizadora y al largo y cerebral razonamiento, y sabe conjugar el lirismo con la incrustación de sentencias y verdades de alcance general que le son útiles para exponer sus estados de ánimo, más o menos auténticos. Su frecuente frialdad y su concisión, que es lo que a veces hace más impenetrables sus versos, acusan un arte de preceptista o de profesor de retórica. Es tan hábil versificador que en ninguna de sus numerosas canciones repite el mismo esquema métrico, aspecto que sin duda responde a que debía de ser un gran músico. Salvo raras excepciones, sus poemas no ofrecen una concepción rectilínea, y es difícil averiguar cuál es su tema principal, si este existe. Domina el lenguaje, es creador de palabras nuevas, prefiere la rima cara y da la impresión de cifrar su arte en estas habilidades formales.
Es fundamentalmente un trovador de oficio, un profesional de la poesía que se debe a un público, al que complace con las filigranas del trobar ric o esforzándose en alcanzar la llaneza del trobar leu según los gustos del auditorio ante el que ha de exhibir su canción o según el ambiente en el que aspira a cosechar un éxito. Su larga historia de amor —sea una o varias las damas cantadas— y el artificialmente dilatado tema del guante perdido constituyen, en esencia, un asunto que sabe que gusta, y por esto lo explota, independientemente de la pasión, fingida o real, que pueda sentir. Un señor feudal, como Jaufré Rudel, por ejemplo, puede escribir poemas de amor porque realmente tiene la necesidad de expresar en ellas sus sentimientos; un profesional como Giraul de Bornelh se ve obligado a ir desarrollando, durante muchos años, toda una historia de amor, que muy bien puede ser fingida o exagerada, porque en ello está la razón de su oficio.
Las dificultades que ofrece la lectura de los poemas de Giraut de Bornelh se deben a veces a corrupción de manuscritos o a razones de vocabulario y sintaxis. Entre sus contemporáneos, Giraut gozó de fama de difícil, Dante lo denominó «poeta de la rectitud», con lo que destacaba el carácter moral de algunas de sus composiciones. Este tono, que hallamos no solamente en sus sirventeses esencialmente morales, sino también mezclado en su poesía amorosa, se advierte en las sutiles distinciones y en el desmenuzamiento del concepto del amor-virtud que de cuando en cuando aparece en Giraut, el cual, al propio tiempo, acostumbra fustigar la caballería decadente y la avaricia, enemiga de toda nobleza de ánimo,
¿Trobar clus o trobar leus? He aquí la cuestión
En el debate con su amigo Raimbaut d’Aurenga se muestra claramente opuesto al trobar clus y partidario de una poesía que fuera comprensible a todos. En numerosos pasajes Giraut de Bornelh manifiesta sus deseos de hacer canciones sencillas y de comprensión fácil, aunque no lo consiga o su ánimo no esté en disposición para ello:
Aital chansoneta pana que mos filhols entendes e chascus s'i deportes, fera, si far la saubes; mas no-i posc esdevenir, que d'alres consir on m'aten mais.
(Si supiera hacerla, haría una cancionita tan llana que la entendería mi ahijado y todo el mundo se deleitaría con ella; pero no puedo conseguirlo, porque me preocupan otras cosas que me interesan más.)
No parece arriesgado suponer en afirmaciones de este tipo una actitud defensiva frente a los que critican su oscuridad o sus filigranas. Ello se advierte también en una canción de artificioso estrofismo que empieza:
Era, si-m fos en grat tengut, preir'eu ses glut un chantaret prim e menut qu'el mon non a doctor que tan prim ni plus pla lo prezes ni melhs l'afines; e quim-m crezes c'aissi chantes, polira, forbira mon chan ses afan gran. Mas, a lor velaire, car no-n sabon gaire, falh, car no l'esclaire d'aitan que l'entendesson neis l'enfan.
(Ahora, si ello me fuera agradecido, emprendería un cantarcillo sin afeites, delicado y menudo, pues no existe en el mundo doctor que sea capaz de emprenderlo tan delicado ni más llano ni que mejor lo afine; y si se me creyera respecto a cómo debo cantar, puliría y bruñiría mi canto sin gran dificultad. Pero según la opinión de aquellos que no saben mucho, voy equivocado porque no lo hago tan claro que puedan entenderlo los niños.)
Una vez ha concluido su canción No posc sofrir c’a la dolor, realmente más sencilla de las que suele componer, comenta en las dos tornadas:
E vos entendetz e veiatz que sabetz mo lengatge, s'anc fis motz cobertz ni serratz, s'ara no.ls fatz ben esclairatz. Eu sui m'en per so esforsatz qu'entendatz clas chansons eu fatz.
(Y vosotros que conocéis mi lenguaje, escuchad y ved, aunque alguna vez hice palabras encubiertas y apretadas, si ahora no las hago bien claras. Y me he esforzado en ello para que sepáis qué canciones sé hacer.)
Su estilo más propio, oscuro y artificioso, solo puede ser apreciado por unas minorías; y el trovador, que vive de su oficio, necesita popularidad amplia y que sus canciones se divulguen. Lo descubre en la canción que empieza:
A penas sai comensar un vers que volh far leuger e si n'ai pensat des er que.l fezes de tal razon que l'entenda tota gens e que.l fassa leu chantar; qu'eu.l fatz per pla deportar. Be-l saupra plus cobert far; mas non a chans pretz enter, can tuch no.n son parsoner. Qui ques.s n'azir, me sap bo, qu'eu dic qu'en l'escurzir non es l'afans, mas en l'obr'esclarzir. Ja, pos voirai clus trobar, no cut aver maint parer ab so que ben si mester a far una leu chanso; qu'eu cut c'attretan grans sens es, qui sap razo gardar, com los motz entrebeschar.
(Penosamente empiezo un verso que quiero hacer ligero, pues desde ayer estoy pensando en hacerlo de tal modo que todo el mundo lo entienda y que sea fácil de cantar, pues lo hago para divertir llanamente. Bien sabría hacerlo más encubierto, pero un canto no tiene entero mérito cuando no todos participan en él. Aunque ello indigne a algunos, me es agradable escuchar cuando alguien canta por apuesta mi melodía, con voz ronca y clara, y la oigo llevar a la fuente. Y si quisiera trovar herméticamente, no creo tener muchos colegas, aunque me es preciso hacer una canción ligera, pues creo que, si se quiere proceder de modo razonable, tanto se deber tener gran juicio como entrelazar las palabras)
Su afán por un arte para pocos es, al fin y al cabo, lo que parece que se impone en la natural tendencia del trovador:
Mas, per melhs assire mo chan, vauc cerchan bos motz en fre que son tuch chargat e ple d'us estranhs sens naturals e no sabon tuch de cals.
(Pero, para asentar mejor mi canto, voy buscando buenas palabras [sujetas] con el freno, que están todas cargadas y llenas de un extraño sentido natural, y no todos saben de cuál.)
Dirigiéndose a personas entendidas en poesía, Dalfin d’Alvernha y tal vez el trovador Ebles de Sanha, Giraut de Bornelh manifiesta que es más difícil escribir claro que escribir oscuro:
Leu chansonet'e vil m'auri'a obs a far que pogues enviar en Alvernh'al Dalfi. Pero s'el drec chami pogues N'Eblon trobar, bel.lh poiria mandar qu'eu dic qu'en l'escurzir non es l'afans, mas en l'obr'esclarzir.
(Me sería preciso hacer una cancioncita ligera y ordinaria para poderla enviar a Alvernia, al Dalfin. Pero si por el camino se encontrara con Ebles, ella le podría comunicar que yo afirmo que la dificultad no reside en oscurecer la obra, sino en aclararla.)
Un poema difícil da más mérito a su autor que una fácil:
Mas era diran que, si m'esforses com levet chantes, melhs m'ester'assatz. E non es vertatz; que sens echartatz adui pretz e.l dona si como l'ochaizona nosens eslaissatz; mas be cre que ges chans ancse no val al comensamen tan com pois, can om l'enten.
(Pero ahora dirán que si me esforzara en cantar de modo más ligero, me estaría mucho mejor. Y no es verdad, porque el sentido remoto trae y da mérito, así como lo recrimina la insensatez atolondrada; y yo creo que el canto no vale nunca, en su comienzo, como después, cuando se ha entendido.)
Y si alguien encuentra difícil de aprender su cantar Ans que venha.l nous fruchs tendres, no lo rechace, pues el trovador lo ha compuesto con mucho cuidado:
c'aissi l'escur com ebenh: mo trobar ab saber prenh!
Estas tan repetidas manifestaciones no dejan de sorprender en boca de Giraut de Bornelh si recordamos que, en su debate con Raimbaut d’Aurenga se mostró claramente opuesto al trobar clus y partidario de una poesía que fuera comprensible a todos. Giraut de Bornelh admiraba el arte de Raimbaut y su escuela, y es más que evidente que en más de una ocasión imita a su pomposo amigo. Hay que concluir, por tanto, que Giraut cultiva indistintamente y simultáneamente el estilo que podríamos llamar claro y el estilo oscuro, aunque en verdad es una distinción que de hecho se basa en el grado de la dificultad de compresión.